David Tejada
“200 años de vida republicana: importancia de entender el Bicentenario”
Asistimos al evento organizado por el Congreso con ocasión de su bicentenario. Tomamos notas de las principales intervenciones de los expositores

Carlos Cabanillas: Director del Fondo Editorial del Congreso.
La celebración del bicentenario viene formándose desde los escritos de próceres de la independencia. Este 2022, es el bicentenario del Congreso de la República y de su primera Constitución. Cuando don José de San Martín declaró la independencia, se formó tres secretarías inmediatamente: Cancillería, Hacienda y Guerra. Al año siguiente, se crearon más secretarías que, al instante, pasarían a ser ministerios.
Mercedes Araoz: Expresidenta del Consejo de Ministros.
Con la República Aristocrática, el Perú empieza a descubrir su multiculturalidad. El Perú fue y será país minero que aporta recursos al mundo. Asimismo, cuenta con una agricultura importante, exportadora, generadora de empleo y bienes. En este periodo, se fortalece. En el norte costeño se fortalecen estas empresas por su dinamismo. Cambia los balances generales del centralismo, es una fuente importante de riquezas. También hubo procesos de crisis posteriores como en el año 1929. En la década de los años cincuenta, vuelve el auge económico. Finalmente, en los años noventa, nuestro país tuvo una nueva bonanza económica.
Actualmente, nos toca afrontar un nuevo proceso de recuperación tras el brote de la pandemia. Tenemos una crisis que estremece y nubla lo alcanzado. Para un Perú que había logrado tanto en términos macroeconómicos, no se esperaba esta caída tan abrupta. En la administración del año 2006, se redujo la deuda externa, se manejó el déficit fiscal y el balance monetario. El fortalecimiento del BCR, la SBS, la inversión privada fueron un pilar principal. Hoy en día, los contratos de ley son para nacionales como extranjeros por igual, no existe favoritismo.
Las políticas sociales, gracias a la creación de riqueza por el libre mercado, nos permiten acceder a múltiples beneficios. Por ejemplo, nuestra pobreza se redujo del 60% al 20% en dos décadas. Fuimos el país que más redujo esta tasa de todos los 33 países de América Latina. Desde el año 2000, tuvimos un gran desarrollo social. Debido a la multitud de mercados privados internacionales, el mundo agrícola se vio fortalecido. La coronación de Machu Picchu como maravilla del mundo incentivó el turismo. Cuando se comparan las políticas de nuestro país con Brasil, observaremos que nosotros tuvimos sostenibilidad con el tiempo.
Si analizamos el crecimiento económico bajo la gestión de Lula da Silva, su manera de reducir la pobreza fue creando numerosos bonos y programas asistenciales que, al final, se tradujeron en un sistema de clientelaje. Este proceso se fue cortando por la debilidad de sus instituciones. En este último punto tenemos similitud, hay una precaria institucionalidad. En estos últimos años, caímos en muchas vacancias y un cierre del Congreso repentino. Ahora mismo, nos debilita la labor deficiente del Ejecutivo y del Legislativo.
Es fundamental no generar déficit fiscal, nos encontramos en un ciclo de recesión y seguiremos cayendo si no le damos vuelta a este tema con políticas de mercado hacia todo emprendedor. Asimismo, es vital revisar las políticas públicas, su diseño y su compatibilidad con la economía social de mercado.
Alejandro Cavero: Congresista de la República.
El Perú, tras su proceso de independencia, inició la república dentro de un caos generalizado en el aspecto social, político y económico. No es hasta el Gobierno de Castilla cuando se crea el Ejército del Perú. Esta incipiente reforma, se acelera con el boom del guano. Los caudillos quedan de lado, por un momento, y en 1872 tenemos nuestro primer Gobierno civil. Sin embargo, la situación todavía era crítica pues se manejaba de una forma mercantilista. El Perú inicia bastante tarde el proceso de ilustración y de integración. No podemos entender la economía desvinculada de la política.
Nuevamente, tras cinco décadas, vivimos un nuevo impulso con Leguía, bastante progresista en materia social. Se crearon avenidas, ferrocarriles, mercados. Hubo un brote del capital norteamericano y otras actividades. Y después, el proceso se estancó desde la década de los años treinta. Pasó cierto tiempo para que un intelectual sentara las bases del liberalismo, su nombre era Pedro Beltrán Espantoso. Trajo al país las ideas de Hayek y Mises. Buscó acabar con el estatismo, control de precios y la política de la industrialización por sustitución de impuestos. Tuvo una formidable gestión durante el gobierno de Prado Ugarteche.
Libertad individual y libertad económica. Eran dos ideales difíciles de defender en el siglo XX. No se pudo materializar en una agrupación a pesar de contar con La Prensa. En el año 1968, se retrocede masivamente. No hubo organización política ni iniciativa autónoma. Velasco trunca todo avance hecho. Se atrasan los partidos políticos. En tiempos del cuarto militarismo, el déficit del PBI era de 12.3%, la deuda era del 48% del PBI. Las reservas eran negativas por US$400 millones. La incomprensible aventura empresarial costó cerca de US$20.000 millones pues se crearon 200 empresas públicas. Se incrementó masivamente la planilla pública, hasta en un 83%. Se expropió el 54% de la superficie agrícola. El agro se vio interrumpido. Se inició un proceso de deterioro completo. Los gobiernos democráticos no hicieron reformas en esta materia, incluso se ampliaron las facultades públicas.
De esa crisis, se materializa, en 1987, una agrupación llamada Movimiento Libertad. Si bien la Cámara de Diputados aprobó la estatización de la banca. El Senado impidió su promulgación. En el año 1990, se logra materializar un proyecto político: Fredemo. Si bien es fallido en términos electorales, triunfa en el debate de las ideas que se materializaron en la Carta Magna de 1993. Finalmente, en los años noventa, se alcanzó una economía social de mercado. En toda la historia económica peruana, nunca hemos alcanzado este nivel de bonanza. La desigualdad, según el Índice de Gini, se redujo al puesto 42. Según el IPE, en los últimos 20 años el ingreso de los sectores altos subió en 9%, mientras los ingresos del sector más pobre de la población aumentó en 60%. Es innegable que el modelo de libertad económica es bueno, empero hay reformas y aisladas modificaciones por hacer. Debemos consolidar las instituciones, por ejemplo. Estamos desordenados, necesitamos convivir y resolver los conflictos. Debemos reducir la informalidad. Debemos seguir construyendo a partir de lo cosechado con tanto esfuerzo.
Luis Carranza: Exministro de Economía y Finanzas.
El primer artículo de la Constitución es claro: El fin supremo es el individuo. ¿Cómo es el individuo? Para iniciar, el individuo responde al incentivo. De la misma forma, todos los individuos rechazan contactos o las situaciones injustas. Es algo innato. Entonces, ¿por qué es importante detallar estas dos características? Porque el liberalismo toma en cuenta ello. Son ingredientes clave para la prosperidad. Nadie hace nada si no tenemos ello. Los indicadores imperfectos nos pueden vislumbrar ciertos logros. Empero, el socialismo lo confunde. Los seres humanos valoramos nuestra individualidad y nos realizamos en nuestras diferencias.
Cada uno busca nuestra realización individual para llegar a lo nacional. Eliminar la propiedad privada es un fin supremo de dicha doctrina colectivista. Lo esencial debe ser la resolución de problemas en convivencia. Cuando la sociedad es pequeña, la cultura logra amalgamar. Los pobladores cooperan y compiten. Cuando crece, necesitamos instituciones que logren salvaguardar estos principios. Y tenemos distintos estudios.
¿Por qué es importante esto? Tenemos un sistema económico que funciona para todos sin distinción o favoritismo. El imperio de la ley, la transparencia serán cruciales. Samuel Huntington, le da importancia a la transparencia. La teoría económica dice que la prosperidad se alcanza cuando somos más eficientes. La teoría institucionaliza las reglas del juego. Se entiende que hay toda una cultura de innovación. ¿Cómo usar la ciencia en beneficio de la gente? Hay dos elementos: el primero, instituciones políticas que promuevan la inversión. Tener una sociedad moderna, movilizada, transformadora. Fukuyama comenta cómo en el siglo XIX, los Estados Unidos logra una transformación institucional gracias al desarrollo de las clases medias.
Revisemos lo que pasaron en 200 años de historia. En la Constitución del 1993 lo tenemos. Tenemos cohesión y base social. Hay algunos retos que debemos afrontar, cierto. La informalidad o la falta de reforma son un ejemplo. Tendemos a no obedecer nuestras instituciones, pero somos grandes emprendedores autónomos. Dependemos de nosotros. El tema de confianza muestra que el nivel de riqueza es alto pero el nivel de confianza es baja. ¿Confían en la economía? Sí. ¿Confían en la institución que lo respeta?
En un experimento, detalla que el ciudadano no devolvía la mitad de las billeteras. A lo largo de nuestra historia tenemos un inicio dramático. Las reformas borbónicas mutilan el virreinato. Le quitan el monopolio a los puertos y abren el comercio al comercio. El Callao entra en declive. Buenos Aires y Cartagena son los ganadores. Alcanzamos independencia con un severo golpe. La ausencia de descentralización en todo nuestro vasto territorio hizo que se destruyeran las instituciones ya avanzadas por asociarlas necesariamente a España. El guano, el caucho, la minería y la exportación hicieron que brote un boom efímero. La Constitución liberal de Alberdi en Argentina lo aprovecha, hasta la entrada autoritaria de Perón. En el siglo XIX. No hubo reforma ni políticas que hagan esto en el territorio.
Más que comentar números. El presidente Alan García durante su segundo mandato hizo una reforma educativa. Resolvía un problema de fondo. La calidad de nuestros maestros. Esa reforma se corta porque no hay capacidad de gestión ni articulación. El tema central es cómo nos ponemos de acuerdo. Ahora estamos en la revolución digital. Ponemos en las cuerdas la función representativa. Tiempo de cambios responsables llegan al Perú.
Mercedes Araoz: Expresidenta del Consejo de Ministros.
Las soluciones no son fáciles. Son decisiones que no hay que plantear una primera y, de allí, otra después. Este proceso es simultáneo. Va a tener que reconstruirse el Estado en base de la multiculturalidad mencionada al inicio. Siempre debemos mantener una estabilidad macroeconómica. La justicia y oportunidad deben estar. Poblaciones indígenas integradas a este proceso de cambio responsable. En áreas rurales no las miramos como oportunidad de crecimiento, sino los tratamos de pobrecitos. Muchos piensan erróneamente que se debe proveer con un mayor asistencialismo y dependencia al Estado. Si miráramos la oportunidad que tienen los pequeños agricultores, si le diéramos las herramientas para que tenga la exportación de palta sería diferente.
Ya hay exportadores asociados, es una realidad. Hay un mejor manejo del agua. Un trabajo serio mejora la productividad. Son actividades valiosas y potenciales que no se vuelven en oportunidades. Quitemos las barreras para ser productivos y eficientes. Al mismo tiempo, tener programas sociales sin llegar a ser asistencialistas. El Banco Mundial ve muy bien los programas de ayuda en materia de educación y salud. Una sociedad donde no se respeta la ley, es una sociedad que no goza de un futuro prometedor. No podemos ver mujeres colgadas por presunto embrujo, por ejemplo. Los derechos humanos siempre serán humanos. Respetar la Constitución es vital. En este Congreso, tengo diferencias con la izquierda y la derecha. Pero tenemos que sentarnos y proponer soluciones. En lugar de ver al contrincante como un enemigo hay que verlo como un adversario. Pero estamos en una rivalidad atroz . Soltar el populismo es menester y alcanzar ser inclusivos, es prioridad.
Luis Carranza: Exministro de Economía y Finanzas.
A corto plazo, hay tres soluciones ante la nueva crisis: la primera es la confianza. No podemos tener un gobierno que desincentive ni ahuyente la inversión privada. Las ganas de ahorrar dentro del país son inmensas. Desde la economía, hay que generar confianza. En el año 2021, salieron más de US$16.000 millones, y en errores más de US$5.000 millones. En total, más de US$22.000 millones salieron en un solo año. Los burócratas y representantes tienen buena parte de la responsabilidad.
El tipo de cambio se estabiliza gracias a un Banco Central de Reserva autónomo, pero aún esto no es suficiente. La inyección de liquidez estatal o el retiro de fondos de la AFP no va a aumentar la inversión privada. Si no hay inversión, no hay empleo. Segundo tema, gestión pública. Se comentaron algunos logros, como la reducción de la desnutrición. No obstante, persiste una serie de actuaciones del Gobierno que no contribuyen a la mejora de la calidad de vida. Se requiere de una administración pública eficiente. Richard Webb publicó, en el 2013, un artículo sobre cómo reducir el tiempo de viaje pudo aumentar el ingreso real de los pobladores de una comunidad. Chavimochic y Sihuas están parados. Son 100.000 hectáreas perdidas. Mucha exportación sustancial a la deriva. La región más productiva en palta es Arequipa y, aún así, tienen 40.000 hectáreas paralizadas. Tercer punto, inversión privada. Tema de confianza. El banco mundial tiene un ranking de qué tan amigable es el país en inversión privada. En el 2011, superamos a Chile. Llegamos del puesto 70 al puesto 36 del mundo. Y ahora retrocedió por los últimos sucesos y desempeño gubernamental. Nuestros empresarios necesitan un mejor ambiente.
En el largo plazo, es fundamental contar con minería y agricultura. Ha sido el sector agro con el mayor crecimiento laboral formal en los últimos 15 años. Un sector que provee entre tres y cuatro puestos de trabajo directo. Australia, Chile o Canadá cuentan con un sector diversificado. Nigeria tiene una gran riqueza petrolera. Tenemos las herramientas. No hay mejor forma de limitar el poder que conteniéndolo de lo absoluto. Por ejemplo, con un Senado es más difícil disolver, es más difícil hacer un impeachment. La bicameralidad es clave. El parlamento de 1990 era más barato y tenía más representantes. Es determinante contar con una reforma política integral.