Daniela Ibáñez
Asalto al Congreso: La Elección del Tribunal Constitucional (El Reporte)
Este artículo fue publicado originalmente en El Reporte. Me pueden leer allí todos los Lunes

Actualmente hay 85 países en el mundo que tienen cortes autónomas con el poder de revisión constitucional. En el Perú este ente es el Tribunal Constitucional, y tiene la última palabra sobre la superioridad normativa de la Constitución. Este sistema fue ideado por el erudito Hans Kelsen que instauró la primera corte constitucional del mundo en Austria después de la Primera Guerra Mundial. En el 2017, el fiscal español Javier Zaragoza cita a Kelsen para calificar a los hechos ocurridos en Catalunya como un “golpe del estado” argumentando que este hecho ocurre cuando “el orden jurídico de una comunidad es nulificado y substituido en forma ilegítima por un nuevo orden.” Comprenderán que cuando yo leí esta cita pensé en el proyecto totalitario de Castillo y la conexión con los eventos ocurridos en torno a la interferencia del Poder Judicial en la disposición legitima del Congreso de elegir a nuevos magistrados del Tribunal Constitucional.
Para entender los hechos ocurridos recientemente debemos remontarnos al 2018 cuando Martín Vizcarra convoca a un referéndum para preguntarle a la población si, entre otras cuestiones, debería crearse la Junta Nacional de Justicia (JNJ) con el fin de nombrar o remover a jueces y fiscales y a los jefes de la ONPE y la RENIEC. La población votó 85% a favor. Acto siguiente, en la aventura de Vizcarra de hacer que el Poder Judicial intervenga en otros poderes del Estado, se idea un cambio en las reglas de juego para elegir a los miembros del Tribunal Constitucional a través de este nuevo ente (JNJ). El problema era, que la facultad constitucional de elegir a dichos tribunos pertenece al Congreso, y este resistió, en consecuencia, Vizcarra cierra el Congreso fácticamente.
Ya que el anterior Congreso no prosperó en reemplazar a los 6 de 7 magistrados con mandato vencido, este Congreso tenía la tarea de hacerlo, pero una vez más el intento se ha visto frustrado. En esta ocasión la motivación detrás de los poderes fácticos es el mismo: elegir a los magistrados del TC a través del JNJ y no a través del Poder Legislativo. ¿Y, por qué? Si controlan el JNJ, pueden disponer de la inclinación política de los nuevos magistrados. De los actuales candidatos, 11 de 17 originales postulantes están en contra de una Nueva Constitución, 2 se encuentran a favor y 4 están a favor de cambios parciales. Ciertamente esto va en contra del proyecto político de Perú Libre que pretende cambiar las reglas del juego por completo. Además, hay 4 candidatos apristas y la mayoría de candidatos son conservadores en lo social; esto ciertamente no es de agrado para los llamados ‘caviares’.
Regresemos a Kelsen. Los tribunales constitucionales fueron creados después de épocas de dictaduras militares o gobiernos totalitarios para salvaguardar la constitucionalidad. Nuestra actual carta magna no es perfecta, pero cuenta con legitimidad de ejercicio dado que la población la ha acatado por más de 20 años. Patear el tablero para generar un ‘nuevo comienzo’ sería abrirle la puerta a los poderes fácticos para que se instauren de manera ilegítima en el poder para siempre. Defendamos la constitucionalidad que tanto ha costado armar.
Fuentes: