David Tejada
El liberalismo y la reducción de la desigualdad

Estimado David, antes que nada queríamos agradecerte por tu interés en la página y en el pensamiento político liberal. Una doctrina con más de tres siglos de historia.
En primer lugar, si bien el liberalismo prioriza la libertad del individuo y del mercado para la genuina creación del capital, también propone soluciones ante las desigualdades. La premisa de la doctrina es reducir el tamaño del Estado en funciones que no son de su competencia como sería el sector comercio o financiero. Los liberales, a comparación de los anarquistas, proponen un Gobierno limitado, eficiente y especializado en los servicios básicos para solucionar el tema de la desigualdad. Al mismo tiempo, permitir la ayuda del sector privado en reducir dichas brechas en sus variadas organizaciones.
En segundo lugar, previamente a la década de los noventa, en la economía peruana se aplicaba una coexistencia entre economía de mercado con facultades estatales en zonas específicas. Durante el periodo de 1956 a 1968, tuvimos un intento de reformismo moderado donde el Estado intentó adoptar ciertas facultades comerciales. A partir del año 1968 hasta 1990 adoptamos un modelo desarrollista permitiendo que el Estado sea el que guíe y controle, mayormente, la economía en lugar del capital privado o extranjero.
Tercero, frente al desempleo, el liberalismo se reafirma en tres premisas. Primero, la defensa irrestricta de la propiedad privada. Segundo, el establecimiento de las condiciones necesarias para tener libre inversión y comercialización. Tercero, los impuestos y aranceles bajos para facilitar la provisión de los productos y servicios.
Cuarto, con respecto a la corrupción, el economista Ravier (2018) menciona lo siguiente:
Tanto el Premio Nobel James M. Buchanan, especialista en esta materia, junto con Gordon Tullock y la Escuela de la Elección Pública, sostienen que debemos dejar a un lado la ilusión de creer que los políticos se interesan por el bien común. Como cualquier persona siempre buscan maximizar su propio beneficio y el de aquellos a quienes representan, como empresarios que los acompañaron en campaña o el partido político sobre el que se sostienen. Lo que estos autores piden son límites al poder, el control de los custodios, lo que requiere de instituciones como la democracia y la división de poderes, pero también reglas fiscales y monetarias, y un federalismo real que descentralice el poder.