Daniela Ibáñez
El milagro de la competencia: la carrera para la vacuna del coronavirus

Cuando el resto del mundo - fuera de China - se enteró que un virus letal viajaba alrededor del mundo, se hizo evidente que se debía encontrar una cura lo antes posible. Ante un escenario de crisis, surgió una oportunidad: innovar para curar a un virus que se ha cobrado la vida de más de 1 millón y medio de personas. Y aquí entra en evidencia la virtud de los principios de la libre competencia, de la colaboración, del tomar riesgos para luego tener beneficios que los superen.
Los ejecutivos de la gigante farmacéutica Pfizer no imaginaban ni en sus sueños de opio que la vacuna del coronavirus podría tener 95% de eficacia. A principio de año, esta empresa decidió absorber los costos de desarrollo de la vacuna al asociarse con la pequeña compañía alemana BioNTech. A principio del año Pfizer se contactó con esta start-up ya que se encontraba experimentando con el método innovador ARN para curar el cáncer de mama. El gran riesgo de Pfizer era apostar por el mismo método – nunca antes aplicado a una medicina distribuida comercialmente – para frenar la pandemia global. BioNTech se encargó de la fórmula mágica, Pfizer de los ensayos clínicos, fabricación y distribución de la vacuna. Tomar un gran riesgo dio grandes frutos.
Pfizer y BioNTech han sacado la primera vacuna de coronavirus lista para ser aplicada. A pesar de sus inconvenientes – como el tener que refrigerar la vacuna, que consiste de dos dosis, a negativo setenta grados – se puede decir que es el gran ganador de la carrera para conseguir la vacuna. En 2ndo lugar le sigue Moderna, que utiliza el mismo método innovador ARN, y cuyos ensayos clínicos y subsecuente aprobación pronto se darán.
¿Qué distingue al primer lugar del segundo lugar? Una, no recibió un céntimo de subsidio estatal, y Moderna si está sujeta a fondos públicos federales estadounidenses. El jefe de Pfizer, Dr. Bourla, dijo que, si no hubieran sido exitosos, hubieran perdido $2 billones, pero aun así decidieron tomar el riesgo por tratarse de una compañía gigantesca que gana alrededor de $52 billones al año. Moderna, que hasta ahora no había sacado ningún producto al mercado, no podía tomarse este riesgo, y recurrió al subsidio estatal.
Aun así, ambos casos, tanto Pfizer con BioNTech, y Moderna, y la competencia feroz que se dio entre ellos para lograr ser los primeros en sacar la vacuna con un método innovador de la medicina, atestiguan que la competencia es realmente una fuerza del bien. Probablemente el método ARN revolucionará la medicina, y puede tener implicancias para curar otras enfermedades como el cáncer. La empresa BioNTech declara en su página web que este método podría individualizar el tratamiento del cáncer, en otras palabras, se podría dar una terapia acorde al sistema inmunológico de cada paciente; revolucionario!
Es claro que otros métodos de producción cesarán para beneficiar a esta nueva tecnología que parece tener muy alta eficacia. Esto se podría identificar como un proceso de creación destructiva – término acuñado por el economista Joseph Schumpeter que decía que la innovación y el progreso económico necesariamente conlleva a la destrucción de lo viejo por lo nuevo. Y en este caso, dos compañías chicas como BioNTech y Moderna, han podido competir, o ser socios cruciales con una compañía titanesca como Pfizer. El milagro de la competencia: que los chicos puedan entrar en el mercado con los grandes, y que esta ausencia de barreras que genera confrontación darwiniana, conlleva naturalmente a la evolución rápida en la tecnología para el bien de la humanidad.
Ahora bien, me dirán muchos amigos escépticos que no se van a vacunar. Tal parece ser el caso de 25% de los peruanos que planea no vacunarse según una encuesta de IPSOS en Agosto del 2020. Además, entre quienes desconfían de la vacuna, 46% dicen ser por su eficacia. No soy médico, ni soy reguladora de la FDA así que no les puedo dar esa respuesta a su pregunta. Yo también desconfío del proceso de vacunación especialmente en un país como el Perú debido a los retos logísticos como la necesidad de refrigeración de la vacuna Pfizer en ultra congeladores que todavía no se encuentran en territorio nacional. Aun así, me queda claro que el proceso de competencia para crear una vacuna – de parte de la mayoría de actores, excluyendo Rusia y China – tiene el objetivo de disminuir la cantidad de muertes por el COVID y por lo tanto conlleva una buena intencionalidad. Espero que mi optimismo me dé la razón…
Fuentes:
NY Times. “Politics, Science and the Remarkable Race for a Coronavirus Vaccine”
https://www.nytimes.com/2020/11/21/us/politics/coronavirus-vaccine.html.
NY Times. “Coronavirus Vaccine Tracker”
CrashCourse. “Who Even Is An Entrepreneur?: Crash Course Business - Entrepreneurship #1”
https://www.youtube.com/watch?v=aozlwC3XwfY.
IPSOS. “Vacuna y Mitos”
Bloomberg. “U.S. Approves First Coronavirus Vaccine to End the Pandemic.” https://www.bloomberg.com/graphics/covid-vaccine-tracker-global-distribution/
WashingtonPost. “As China nears a coronavirus vaccine, bribery cloud hangs over drugmaker Sinovac”. https://www.washingtonpost.com/world/asia_pacific/coronavirus-vaccine-china-bribery-sinovac/2020/12/04/7c09ae68-28c6-11eb-9c21-3cc501d0981f_story.html.
Stat. The story of mRNA: How a once-dismissed idea became a leading technology in the Covid vaccine race. https://www.statnews.com/2020/11/10/the-story-of-mrna-how-a-once-dismissed-idea-became-a-leading-technology-in-the-covid-vaccine-race/.
BionTech. “Individualized Cancer Medicine”. https://biontech.de/science/individualized-cancer-medicine.