DANIELLA ALEXANDRA RAVELO SUBAUSTE
No todo lo impopular es negativo: la bicameralidad a un paso de su aprobación
Desde que se eliminó la figura del Senado en la Constitución de 1993, se han dado varios intentos para restaurar la bicameralidad en el Perú. Si bien la bicameralidad no es la panacea prometida que va a solucionar todo nuestro sistema político; sí es un buen punto de partida para reformar nuestro capítulo político de la Constitución.
El problema de la subrepresentación
Uno de los problemas que tiene nuestro país a nivel electoral es la subrepresentación. Es así que muchos señalan que con la bicamerialidad podríamos arreglar este problema. Si analizamos los datos, en efecto, el Congreso subrepresenta a la población. Cada congresista representa a 250,000 mil habitantes y eso varía entre las regiones. Por ejemplo, un congresista de Lima representa a 201.266 mil habitantes, mientras que un congresista de Ucayali representa a 126.071 mil habitantes.
De esta forma, este problema lo podemos analizar desde una perspectiva cuantitativa y cualitativa. Por un lado, un congresista representa a varias personas y al ser esto así, no se puede atender las demandas de todas. De ahi viene el dicho “el que mucho abarca, poco aprieta”. Por otro lado, si lo vemos de manera cualitativa, nos preguntamos ¿cuál es la calidad de representación que tenemos hoy en día? Si lo vemos de esta forma, sería iluso decir que tenemos a un Congreso que actúa de manera óptima en su calidad legislativa. Tenemos proyectos de ley muy populistas y otros muy peligrosos. No hace falta decir cuáles son.
En teoria no es positivo que tengamos subrepresentación. Pero esto por supuesto tiene sus matices. Por ejemplo, si tenemos una cámara con varios legisladores, se puede hacer dificil negociar y, por ende, aprobar proyectos de ley. Entonces, se trata también de un analisis costo-beneficio. Un tema a considerar es que tampoco tenemos que llegar al nivel de Bolivia donde un congresista representa a 17,000 mil habitantes porque se trata de un país con una población mucho menor a la de Perú. En resumidas cuentas, considero que es importante atender el problema de la subrepresentación pero sin dejar de lado el factor eficiencia que puede devenir en la infraestructura de cómo uno conforma las cámaras del Legislativo. Un número donde las fuerzas políticas puedan negociar, pero también un número en el que se pueda representar a la población.
El modo de elección sí importa
Ahora bien, otro tema importante es el modo en el que se eligen a los senadores, ya sea por distrito único o mediante una fórmula mixta. Al respecto, en una encuesta de Ipsos de julio del 2022 donde se le pregunta a la población cómo les gustaria elegir a los senadores, todo parece indicar que habría una mayor preferencia a elegirlos por distrito único. La actual propuesta plantearía una fórmula mixta.

Al respecto, determinar el modo de elección es importante porque puede determinar la inclinación ideológica de sus representantes. Para demostrar lo anterior, datos del Centro Wiñaq han sostenido que si se optase por la fórmula de distrito múltiple, el Senado puede terminar con un número de senadores de partidos de izquierda superior al tamaño de su electorado. De hecho, desde 2006, dicha fórmula electoral ha brindado a los partidos de izquierda 5% más escaños que le corresponde por su porcentaje de la población peruana.
¿La bicameralidad supondría un mayor gasto?
Como tercer punto, es interesante señalar que las encuestas tienden a reflejar una mayor aprobación hacia la bicameralidad cuando se le pregunta a la ciudadanía si aprobarían una cámara de senadores “siempre y cuando no aumente el costo”. De esta forma, hay entre 10 y 20 puntos en comparación de las preguntas que no realizan esa precisión.
Esto es relevante porque, por ejemplo, en la actual propuesta se limita el presupuesto del Congreso a 0.6% del Presupuesto General de la República. Aunque esta es una cifra mayor al actual que es 0.44%, podemos observar que sí se pone un límite al crecimiento presupuestal desmedido que podría tener el Congreso.

El argumento del referéndum del 2018
Otro punto importante, es el rechazo a la propuesta y de qué manera sus detractores han venido argumentando su posición. En dicha línea, ciertos opositores a la bicameralidad sostienen que el resultado del referéndum del 2018 hace ilegítimo cualquier intento posterior de aprobar un retorno a la bicameralidad. ¿Esto es así? Personalmente creo que no. No solo han pasado cinco años desde el referéndum, sino que la fórmula y el escenario es completamente diferente a aquel entonces.
Al respecto, hay que considerar que los resultados de la encuesta de Ipsos en el año 2018 nos señalan que el rechazo de Vizcarra hacia la propuesta del Congreso sobre la bicameralidad tuvo un fuerte efecto sobre la popularidad de la reforma. De esta forma, si, por ejemplo, el referéndum se hubiese dado en septiembre del 2018, habría sido muy probable que la reforma hubiese sido aprobada.

Junto con lo anterior, una encuesta de Datum luego del referéndum le preguntó a la población qué opción expresaría mejor las razones de su voto, a lo que la opción más votada fue “expresar mi apoyo al presidente Vizcarra”. Recordemos que el expresidente tenia niveles de popularidad bastante altos y su confrontación con el Congreso por supuesto que ayudaba a esto último.

A modo de conclusión
Habiendo dicho todo lo anterior, es cierto que el debate no se cierra ahí. Ni tampoco debería hacerlo. Este ha sido un pequeño repaso de algunos aspectos relevantes que han de tomarse en cuenta para plantear una reforma tan importante como es la bicameralidad. Reforma que, a nivel personal, considero positiva para nuestro sistema político.