Daniela Ibáñez
Votar por Keiko Fujimori no es pecado

“Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.
Y los soldados entretejieron de espinas una corona, y pusiéronla sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de grana;
Y decían: ¡Salve, Rey de los Judíos! y dábanle de bofetadas.
Entonces Pilato salió otra vez fuera, y díjoles: He aquí, os le traigo fuera, para que entendáis que ningún crimen hallo en Él.
Y salió Jesús fuera, llevando la corona de espinas y la ropa de grana. Y díceles Pilato: He aquí el hombre.
Y como le vieron los príncipes de los sacerdotes, y los servidores, dieron voces diciendo: Crucifícale, crucifícale.
Díceles Pilato: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo en Él crimen. Respondiéronle los Judíos: Nosotros tenemos ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo Hijo de Dios.”
- El Evangelio según San Juan, Capítulo 19
Keiko Fujimori no es Jesús, ni su padre Alberto Fujimori, Dios. Pero la psique católica de la sociedad peruana ha, de una manera u otra, hecho la asociación, como si fuéramos tal pueblo que juzgó al que ahora sabemos fue un profeta, y que entonces se le percibía como un delincuente. Para algunos, Keiko y Alberto solo podrán salvarse del pecado pasando la crucifixión - la cárcel - para liberarse de todo pecado. Lo han hecho ambos, pero para muchos no es suficiente.
El voto por Keiko Fujimori es el verdadero voto protesta por varias razones.
En primer lugar, desafía 30 años de una táctica de post-verdad de la izquierda, en el que se ha envenenado al pueblo peruano con calumnias y mentiras. Cuando perdieron su preciado modelo económico estatista en el `93, no se lo perdonaron a Fujimori. Desde entonces empezó su cruzada. Llegaron a poner a Fujimori al mismo nivel que Abimael Guzmán en rango de terror y asesinato. El primero fue un Presidente con errores y rasgos autoritarios (incluyendo la tercera reelección y no apartar a Montesinos) y el segundo fue un genocida por lo que la comparación es aberrante, pero la sociedad peruana - siempre sumisa y manipulable - lo avaló. El Poder Judicial creó una herramienta legal nunca antes vista en otro país llamada la autoría mediata y con eso se le metió a la cárcel (porque no está preso por corrupción, a diferencia de lo que cree el imaginario popular). Se le acusa por haber esterilizado a 300 mil mujeres forzosamente entre 1996 y el 2000, cuando lo que hubo fue 773 denuncias al programa de Planificación Reproductiva Familiar, “61 referidas a esterilizaciones sin consentimiento” (“La Verdad de una Mentira”, Maria Cecilia Villegas) según el informe defensorial 69. Lejos de los 30mil asesinados por Sendero Luminoso durante el terrorismo según la CVR, y eso que la cifra debe ser mucho mayor.

Los ‘delitos’ del padre se le atribuyen a la hija también. Pecado de origen. Como PPK dijo una vez: “hija de ladrón es ladrona”. Ni Castillo se atrevió a tanto. La hija también pasó por la cárcel, denunciada mas no sentenciada -importante detalle - por lavado de activos, de formar parte de una organización criminal y de haber recibido plata de Odebrecht cuando a ojos de la ley, todavía no se sabía que este era un agente delincuencial. Ingresó a prisión 3 veces preventivamente, y la intención inicial era meterla por 3 años seguidos. En ningún país del mundo del que tengo conocimiento se apresa preventivamente a una persona por tanto tiempo. Donde hay respeto a la ley, se presume la inocencia hasta probado lo contrario. Pero este no es un concepto que el operador político José Domingo Perez maneja. Para él, es casi una venganza personal la que tiene contra Keiko Fujimori. Y también la de Vizcarra, padrino de Perez que, ¡oh coincidencia! pasó su mandato con oposición restringida porque la líder de esta, estaba ‘preventivamente’ en la cárcel.

Se le acusa a Keiko de haber precipitado la vacancia de PPK y de liderar a un Congreso obstruccionista. Algunos congresistas de Fuerza Popular dejaban mucho que desear, eso hay que reconocerlo.¿Pero en qué país del mundo en que un ejecutivo y un legislativo lo ocupan distintos partidos, no hay fricción? El congreso está llamado a fiscalizar, ¿no debe la oposición hacer lo propio? A Saavedra se le acusaba por haber hecho una mala compra de las computadoras destinadas a colegios públicos, es justamente la labor del Congreso revisar los gastos del Ejecutivo, y que estos se hagan de manera limpia y transparente. Y acerca de PPK… este tenía serias acusaciones de corrupción ligados a Odebrecht, ¿será eso culpa de Keiko también? ¿Y le creemos a ‘papi’ Vizcarra cuando decidió cerrar el Congreso en el 2019 por ser el peor Congreso de la historia? Su interpretación fáctica para el cierre de esta vital institución solo le rebotó en la cara, y si Keiko gana, será una vez más prueba que el pueblo peruano le vio su verdadera identidad: la de un delincuente autoritario.
El voto por Keiko es un voto protesta porque significa un cambio de rumbo en la gerencia del Estado. Desde Humala, la burocracia estatal no hace sino crecer. Keiko propone cortar trámites estatales. La economía es manejada por profesionales de segundo rango desde entonces. Keiko propone a Luis Carranza, quien fue ministro de Economía mientras que Perú ocupaba su mejor posición en libertad económica según el Índice del Heritage Foundation. No se ha hecho nada para agilizar el proceso de formalización dejando a 70%-75% de la PEA en la informalidad. Keiko propone Licencia 0 y exoneración de pago de impuestos a empresas en los dos primeros años de operación. No se ha hecho nada por destrabar los proyectos mineros y reducir la conflictividad social. Keiko propone el canon minero para el pueblo - beneficios directos de la minería podrían reconciliar a la población con esta actividad - y propone PMOs para la evaluación de proyectos. No se ha hecho nada para la reforma política tan urgente. Keiko ha tendido puentes con la mayor cantidad de partidos políticos en esta segunda vuelta. No se ha hecho nada para quitar el toque de queda impuesto por Vizcarra y hacer una verdadera reactivación económica. Keiko propone Perú abierto.
El voto por Keiko es un voto protesta. Un voto contra la versión de la historia que los caviares y los comunistas intentaron vender todos estos años para envenenar tu cerebro y llevarnos a la situación que vivimos hoy. En la que una vez más un personaje nefasto y manipulable llegaría al poder y cambiaría todas las reglas del juego, destruyendo todo anhelo de progreso. No digo que Keiko sea Jesús, pero nosotros tampoco nos hagamos los Poncio Pilatos. Tengamos un poco de humildad. Ayudemos a que estos próximos 5 años sean mejores que los últimos 5. Es turno de una mujer en el poder.