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  • Writer's pictureValentina del Aguila

Y tú, ¿qué piensas de la corrupción?



Todos sabemos que la corrupción es un mal que afecta a la sociedad de múltiples maneras. Pero, ¿sabes qué piensan los peruanos sobre este mal? ¿Qué tan acertadas son estas percepciones? Según la asociación Transparencia Internacional, la corrupción se define como el abuso de un cargo público para beneficio personal y se mide de acuerdo a la percepción de corrupción que tiene la gente en el país según instituciones como el Banco mundial. Es por esto, que, en esta columna, se analizaran algunos datos presentados por la “XII Encuesta Nacional Sobre Percepciones De La Corrupción En El Perú” realizada por IPSOS.

Para empezar, según esta encuesta la corrupción y la delincuencia son los principales problemas del país. Este año, la corrupción está entre los tres principales problemas del país para el 57% de los encuestados. La corrupción se ha encontrado dentro de los tres principales problemas desde hace más de una década, además el 81% cree que en los últimos 5 años la corrupción en el Perú ha aumentado y el 53% cree que la corrupción seguirá aumentando en los próximos 5 años. Esto podría sugerir que las gestiones, principalmente de los gobiernos de Vizcarra y Castillo y sus respectivos congresos, son vistas como particularmente corruptas. Además, es triste ver como más de la mitad considera que la situación seguirá empeorando en los siguientes 5 años.

Adicionalmente, las tres instituciones calificadas como más corruptas son el Congreso, el gobierno de turno y el Poder Judicial, siendo el Congreso la institución que es percibida como la más corrupta por 60% de los encuestados en 2022. Este fenómeno se vio al alza en los últimos años, alcanzado su pico en el 2019, año en el que el 76% calificó al Congreso como corrupto.


Esta percepción le hace mucho daño a la fe de los peruanos en la democracia representativa como han demostrado varias ediciones de la encuesta Latinobarómetro. Los resultados de este año arrojan que el 45% estaría a favor que el Ejecutivo gobierne sin un Congreso durante una crisis y 76% estaría de acuerdo con un sistema de voto directo en vez de representantes electos. Es interesante resaltar que el pico en la percepción de corrupción en el Congreso se alcanzó en el 2019, lo cual puede ser denominado como el “efecto Vizcarra” quien disolvió al congreso sin una justificación sólida e inconstitucionalmente, pero tenía, y mantuvo durante la pandemia, el carisma para manipular al público a su favor y en contra del congreso.


Desde Somos Libres creemos que por más que el accionar de muchos congresistas dañan la reputación del Congreso, las oportunidades para robar son exorbitantemente más altas en el Ejecutivo. Recordemos que el Ejecutivo es el que maneja el presupuesto, mientras que la función del Congreso es legislar y fiscalizar. Es conocido que existe un sistema de intercambio de favores - más conocido como lobbying o coimas - para sacar adelante ciertos proyectos de ley, sin embargo también es cierto que el Ejecutivo es el que maneja el grueso del presupuesto por lo tanto el robo más grande se da a nivel ministerial.

Otro dato interesante es que solamente el 25% de los encuestados cree que los gobiernos regionales son corruptos y el 22% cree que las municipalidades lo son. Sin embargo, según datos de la Contraloría de la República publicados en Gestión, la cantidad de dinero que se pierde por corrupción en los gobiernos regionales es proporcionalmente mayor que a nivel del gobierno central. En el 2021 se perdió el equivalente a 13.6% del presupuesto nacional, mientras que en regiones la pérdida por corrupción representó el 21.9% del presupuesto destinado a ese nivel de gobierno.

Por otro lado, en el Centro, Sur y Oriente del país los gobiernos regionales si califican a los gobiernos regionales como parte de las 3 instituciones más corruptas, lo que muestra que existe una posible desconexión entre los habitantes de Lima y los de otras regiones en el momento de percibir los niveles de corrupción en el país.

En esta encuesta también se evaluó el impacto percibido que tiene la corrupción en el país y en la vida de los peruanos. El 59% considera que la corrupción desfavorece su vida cotidiana debido a que perjudica su economía familiar, esto es 16% más que el 2019. También, el 58% considera que la manera en la que la corrupción perjudica al país es causando un menor crecimiento económico y el 55% considera que causa más pobreza y desigualdad. Esto demuestra, que, en su mayoría, el miedo principal de los peruanos es como la corrupción nos afecta económicamente. Esto está conectado con la percepción económica que tienen los peruanos en la actualidad, ya que, según una encuesta de IPSOS, hace unos meses alrededor de 67% de los peruanos percibe que el Perú está retrocediendo económicamente. En otras palabras, como vemos que la economía está sufriendo, consideramos que una de las causas es la corrupción de parte de las instituciones.

Otra consecuencia es la desconfianza hacia la habilidad de las instituciones para luchar en contra de la corrupción. Las entidades peor calificadas en la lucha contra la corrupción son el Congreso de la República y el gobierno del presidente Pedro Castillo, cuya gestión es calificada como mala o muy mala por al menos el 70% de los peruanos. El 81% considera que el gobierno de Castillo no es eficaz en la lucha contra la corrupción. La desconfianza se extiende a entes especializados a luchar en contra de esta, ya que el 83% considera que el desempeño de la lucha en contra de la corrupción de parte de La Fiscalía de la Nación es malo y el 82% en el caso de La Procuraduría Anticorrupción.

En resumen, la corrupción es uno de los principales problemas que aqueja al país y la gente prevé que va a seguir empeorando. Los peruanos no confían en las instituciones que deberían luchar en contra de este problema y temen que esto tendrá consecuencias negativas en la economía a nivel general y en sus propios bolsillos. Sin embargo, existe una disonancia entre la percepción que tienen los peruanos sobre las instituciones que perpetúan este problema y la realidad. Se sobreestima la capacidad del Congreso mientras que se subestima la capacidad que tiene el Ejecutivo para cometer actos corruptos, tanto a nivel nacional como a nivel regional.


Como diría Pedro Castillo “la corrupción es un flagelo” que tenemos que eliminar de nuestra realidad. Esta es una de las pocas cosas con las que estamos de acuerdo que ha dicho este personaje, solo que, añadimos, que su gobierno - y como no, nuestras autoridades de los últimos años - son los principales en acentuarla. Sin corrupción, tendríamos más confianza hacia las instituciones, se facilitarían las políticas públicas, el funcionamiento del Estado y la sociedad para propiciar las condiciones hacia el desarrollo económico que todos deseamos.


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